Historia 2003 - Bajo la mirada del Príncipe.

Publicado el 30/04/2023
Rally Blendio Princesa de Asturias


Recuerdos de la 40ª edición del rally.

En el verano del 2003, el Atlético de Madrid acababa de retornar a la Primera División del fútbol español. Los 'colchoneros' habían superado por fin aquel traumático descenso a Segunda que sus avispados publicistas definieron como 'un añito en el infierno'... ¡aunque, finalmente, serían dos! 

También el 'Príncipe' estaba de vuelta a la máxima categoría de los rallys españoles después de haber vivido en el 2002 su particular retroceso al abismo, en su caso en forma de pérdida de puntuabilidad para el certamen nacional. El regreso coincidía, además, con la celebración de la edición numero cuarenta de la prueba y con un cambio en la normativa del Campeonato de España. 

 



Después de dos temporadas dominadas de forma poco menos que insultante por los cada vez más escasos World Rally Car, con el 206 de Luis Monzón batiendo al Córdoba de Salvador Cañellas Junior en el 2001 y el Xsara de 'Chus' Puras monopolizando por completo el 2002 sin encontrar oposición alguna, en el 2003 era el turno de los Súper 1600. 

Menos potentes, menos espectaculares, los pequeños tracción delantera con rabiosos motores atmosféricos de algo más de litro y medio de cilindrada tenían a su favor un precio más bajo que los mundialistas tracción total de propulsor 2 litros turboalimentado. Esa disminución de los costes animaba a las marcas y hacía posible una nutrida presencia de equipos oficiales, semioficiales y privados con monturas de similares prestaciones, justo lo que había faltado en los dos últimos años.



Sin embargo, por una rendija de la normativa técnica se colaba un coche derivado de la categoría de vehículos que había quedado en segundo plano ante los poderosos WRC, los kit-car. Con el Saxo plateado del equipo Auto-Laca, un modelo de características a medio camino entre los antiguos 'F3' y los nuevos 'S1600', Miguel Fuster y su copiloto, José Vicente Medina, llegaban al Príncipe claramente destacados al frente de la general del campeonato después de haberse impuesto de forma consecutiva en las tres anteriores citas del certamen.

En todo caso, aunque el título estaba ya casi decidido a favor del valenciano, los igualados desenlaces de todos esos rallys en los que había triunfado auguraban emoción para el Príncipe.



Y, en efecto, así era. Desde las primeras especiales de un soleado sábado 13 de septiembre, los Peugeot 206 oficiales de Enrique García Ojeda-Raquel Fernández y Joan Vinyes-Xavi Lorza y el Renault Clio de 'Berti' Hevia-Alberto Iglesias se situaban por delante del Citroën de Fuster-Medina, con el FIAT Punto de Sergio y Diego Vallejo siguiéndolo de cerca. Además, un pinchazo en el último tramo del día, el siempre complicado 'Libardón', alejaba al líder del campeonato de toda opción a sumar una nueva victoria. Con apenas seis segundos de diferencia entre Vinyes, Ojeda y Hevia al término de la primera etapa, y Vallejo a la expectativa, a poco más de medio minuto, el triunfo se iba a jugar entre ellos el domingo.

En la jornada final, de ese cuarteto de aspirantes a la victoria se escapaba Ojeda. El cántabro tomaba la iniciativa con tres 'scratchs' consecutivos y acababa consiguiendo el triunfo. Además, aunque fuese por apenas dos segundos, su compañero de marca, Vinyes, batía a Hevia en la lucha por la segunda posición asegurando de ese modo un espectacular doblete para los Peugeot. Los hasta entonces frágiles 206 S1600 había sido, por fin, tan fiables como rápidos.



Con los tres primeros separados por menos de quince segundos, el rally había respondido a las expectativas en lo deportivo. También lo hacía en el apartado organizativo, con la responsabilidad extra para los miembros del ACPA de la visita del Príncipe Felipe. La presencia del heredero al trono, siguiendo incluso uno de los tramos como un espectador más, era todo un espaldarazo a la nueva etapa de la competición en su retorno al Campeonato de España. Se iniciaba así un nuevo camino que acabaría devolviendo al rally el protagonismo nacional e internacional que había perdido brevemente en el 'añito en el infierno' del 2002.