Historia 1993 - Fuera de serie

Publicado el 31/05/2023
Rally Blendio Princesa de Asturias



Recuerdos de la 30ª edición del rally.

Cumplir los treinta nunca es fácil. Significa dejar atrás los veinte, los años de la juventud, esa época que siempre se recuerda luego con el siempre selectivo prisma de la nostalgia, ese que amplifica lo bueno y oculta lo que no lo fue tanto.

Cumplir los treinta nunca es fácil. Significa dejar atrás los veinte, los años de la juventud, esa época que siempre se recuerda luego con el siempre selectivo prisma de la nostalgia, ese que amplifica lo bueno y oculta lo que no lo fue tanto.

Llegar a la treintena se asocia inevitablemente con madurez, con responsabilidad, con más trabajo y menos diversión.  

Es la temida 'crisis de los treinta', esa etapa en la que parece inevitable sentirse insatisfecho con lo realizado a la vez que se afronta con temor el futuro, que ya no se ve con tanto optimismo como a los veinte.

Algo así le ocurría al rally Príncipe de Asturias cuando le tocó pasar ese trago de completar su tercera década de vida. Como casi cualquier joven que deja de serlo, la economía no era boyante. Pero rendirse no era una opción y, un poco también como los veinteañeros que, de repente, se dan cuenta de que tienen que olvidarse de su antigua forma de vida para adatarse a su nueva situación, la prueba salía adelante aunque fuese con un planteamiento rádicalmente nuevo. El recorrido del rallye se concentraba en una sola jornada con once especiales repartidas en seis tramos diferentes. Más corto, sí. Probáblemente también más intenso. Sin margen para el error.



Lo comprobaría enseguida el gran favorito, 'Pigi' Deila. El italiano era la 'estrella invitada' para dar el necesario lustre internacional a un rally que, además de para los Campeonatos de España y Asturias, seguía siendo valedero para el de Europa. Con nada menos que cincuenta pruebas puntuables en su calendario de esa temporada, el certamen continental se acababa jugando realmente en la decena de pruebas con coeficiente 20. El Principe estaba en el numeroso grupo de las que contaban con coeficiente 5, lo que no hacía fácil atraer participación foránea. Conseguir que el joven italiano, una de las estrellas emergente de su país, del que era el vigente campeón, tomara la salida con un Lancia Delta Integrale decorado con los colores de 'El Gaitero' era todo un logro. Su presencia y la del francés Michel Tirabassi, con otra unidad del eficaz grupo A turinés, eran los alicientes extra que no podían faltar en un Príncipe.

Sin embargo, ni uno ni otro irían muy lejos.



Deila y su copiloto, Maurizio Barone, marcaban el mejor crono en el corto tramo inicial, los rapidísimos 4,29 kilómetros de La Manzaneda, que recorrían con su Lancia en poco más de un par de minutos, a casi 120 por hora de media. Exactamente el mismo registro conseguían Daniel Alonso y Salvador Belzunces con su Ford Escort Cosworth del grupo N, con el que los asturianos completaban el doblete inicial de los coches con tracción total y motor turbo por delante de los tracción delantera y propulsor atmosférico que dominaban el panorama de los rallyes españoles aquel año, de auténtica transición a nivel reglamentario mientras las marcas desarrollaban la nueva generación que estaba por venir, los 'kit-car'.

Decidido a hacer valer su condición de favorito, Deila afrontaba a ritmo de carga el siempre complicado Miravalles y su agresividad le pasaba factura. La ayuda de la entusiasta afición, que devolvía su Lancia a la carretera en Puente Agüera, aplazaba apenas unos minutos su temprano abandono cuando se salía definitivamente poco después. Tampoco llegaba más lejos Tirabassi, que se iba para casa sin mostrar un atisbo de la velocidad que se le suponía dado el nivel de su montura. Una cosa ya estaba clara, el trofeo del treinta aniversario no se iba a ir más allá de los Pirineos. Eso sí, de entrada parecía destinado a quedar cerca de la frontera natural con Francia ya que 'Mia' Bardolet y 'Quim' Muntada tomaban la delantera con un par de 'scratchs' en lo que era todo un contraste de sensaciones para el equipo Opel ya que su otro representante, el líder del nacional Luis Climent, había sido también víctima de Miravalles y estaba ya fuera de combate.



Pero aunque se trataba de un rally más corto que en ediciones anteriores, la combinación entre la mayor longitud individual de cada tramo y el ritmo más al 'sprint' que imprimían los competidores, al ser conscientes de que todo se jugaba en una única etapa, iban a causar estragos.

El liderato de Bardolet se veía reducido por un pinchazo en Nueva-Corao y se desvanecía entre la humareda que dejaba la rotura de motor de su Astra llegando a Sevares. Con más de medio rally ya completado el nuevo líder era Daniel Alonso, que había estado siempre al acecho y ahora ocupaba la primera posición con cincuenta segundos de ventaja sobre el Peugeot oficial de Borja Moratal y algo más de un minuto respecto al Renault Clio de 'Kiko' Cima.

Sin embargo, el avilesino no las tenía todas consigo. Su Escort Cosworth daba algún que otro problema y en las dos primeras especiales de la tarde tenía que correr a la defensiva. El madrileño y el ovetense recortaban diferencias en el segundo paso por Miravalles pero ya no habría más cambios de líder. Moratal pinchaba en la repetición de Torre-Carmen y se dejaba seis minutos en la operación de cambio de la rueda. Y aunque Cima era el más rápido tanto en esa especial como en la anterior, la llegada de las más bajas temperaturas al caer la noche daba un respiro a la mecánica turboalimentada del Ford de Alonso, que cerraba el rally con tres 'scratchs' consecutivos mientras su más inmediato perseguidor acababa volviendo a ser Moratal, pero ya a casi siete minutos, tras salirse Cima en el último tramo cuando parecía tener asegurada la segunda posición.



Pese a que el doblete asturiano se frustraba, el triunfo se quedaba definitivamente en casa trece años después del anterior éxito local, conseguido por Fombona y Menéndez en la edición del 1980. Después de un rally más corto pero igualmente duro e intenso, los vencedores eran Daniel Alonso y Salva Belzunces. Un triunfo con significado histórico además, ya que el avilesino y su copiloto se convertían en los primeros ganadores de una prueba del europeo con un coche del grupo N. 

Hasta entonces, los vehículos derivados de la serie siempre habían tenido que inclinarse ante los más evolucionados grupo A. En el Príncipe del treinta aniversario se daba, por tanto, un resultado fuera de serie.

Fotos: Miguel Cuadrado - Historia Gráfica - Rallye Príncipe de Asturias Ciudad de Oviedo 1963-2003


Cartel oficial del 30 Rally Príncipe de Asturias


Clasificación final del 30 Rally Príncipe de Asturias